El concepto “suelo de exterior” de madera hace referencia a cualquier pavimento de madera, en el formato que sea, que se coloca de manera que queda expuesto a la intemperie, bien parcialmente, cubierto por un porche o un tejado, o completamente. En el mercado existen más de 15.000 especies maderables, por lo tanto, para saber cuál es la mejor especie de madera para un suelo de exterior, es muy necesario conocer los requisitos y propiedades que ha de tener. 
Los suelos de madera para exterior aportan mayor calidez y son muy frecuentes en espacios con agua; piscinas, embarcaderos, paseos marítimos… debido a la poca resbaladicidad, la conductividad térmica, la respuesta y resistencia de la madera en estos entornos y el agradable tacto con la piel.
Las tarimas de exterior pueden ser de madera natural o madera tratada. Por lo general, veremos en este tipo de superficies de madera en exterior que tienen ranuras superficiales con el fin de disminuir la resbaladicidad sin impedir la evacuación del agua de la superficie. En la contracara (aunque visualmente no se aprecie), se suelen realizar cortes o ranuras para la estabilidad dimensional del suelo de madera.
De cara a elegir la mejor especie de madera para un suelo de exterior, es muy importante tener en cuenta la durabilidad de la madera. Existen especies de madera altamente durables como pueden ser las maderas tropicales y maderas de frondosas como el castaño, gracias a los taninos, o el roble, o maderas menos durables a las que se aplica un tratamiento para aumentar su durabilidad como la madera de pino.
Es muy importante tener en cuenta el contenido de humedad del suelo de madera que se va a colocar en exterior, en zonas del interior de la península debe estar entre el 11 y el 13% y en zonas de costa con mayor humedad ambiental entre el 14 y el 20%.

La estabilidad dimensional puede verse influida por el corte de la madera, normalmente el corte radial es el que presenta mayor estabilidad pero como con este corte se obtienen pocas piezas de cada tronco, se utiliza más el corte tangencial.  La estabilidad dimensional es una propiedad muy importante ya que está relacionada con la curvatura de las piezas y el hinchazón y contracción de la madera. Los ranurados de la contracara ayudan a la estabilidad de las piezas reduciendo las tensiones.
La dureza de la madera es otra propiedad a tener en cuenta en los suelos de exterior ya que tiene que resistir el desgaste al que se va a ver sometido durante su uso.
Por último, otros aspectos como la durabilidad biológica, conductividad térmica, resbaladicidad, resistencia a la rotura y el tipo de instalación, son aspectos a tener en cuenta para obtener los mejores resultados.

JOSE CAÍÑO

Amplia experiencia en asesoramiento sobre Recubrimientos.. Comercialización de recubrimientos, barnices,pinturas y mucho mas...