Se desconoce cuántos colores ve el ojo humano exactamente, pero se estima que podemos distinguir hasta un millón de variaciones cromáticas. Las células sensibles al color ubicadas en la retina, llamadas conos, pueden identificar unas 100 gradaciones distintas de los colores azulrojo y verde, y el cerebro es capaz, a su vez, de combinar estas variaciones de manera exponencial.
Aunque de día podemos distinguir hasta un millón de colores, en función de las condiciones de observación.


El ojo es uno de los órganos más fascinantes e importantes del ser humano. Históricamente, ha sido una pieza clave de la supervivencia de la especie. Al fin y al cabo, los expertos calculan que hasta un 80% de la información que las personas procesan, proviene del sentido de la vista. Y aunque la investigación oftalmológica haya progresado a un ritmo trepidante en las últimas décadas, todavía hay muchos detalles de su funcionamiento que se escapan del conocimiento científico.

La cantidad de matices percibibles es, ciertamente, asombrosa. Ahora bien, ¿Se sabe cuántos colores ve el ojo humano?



La respuesta es más sencilla ya que todo lo vemos en blanco y negro. Esto se debe a que los fotorreceptores de la retina necesitan cierta cantidad de luz para activarse y de noche dejan de funcionar. La visión nocturna depende de los bastones, que producen imágenes en blanco y negro, y permiten la recepción de una amplia gama de grises.


Los trastornos en la percepción de colores

Existen tres tipos de conos encargados de percibir cada uno de los tres colores primarios de la luz, y el problema llega cuando uno de estos tres tipos de conos funciona defectuosamente o falta, es el conocido daltonismo o ceguera al color.

  • En el monocromatismo todos los colores se aprecian como tonalidades de un mismo color.
  • Con el dicromatismo solo se dispone de dos tipos de conos, sufriendo ceguera para el rojo o el verde, siendo menos frecuente la ceguera al azul.
  • Y en el tricomatismo están presentes los tres tipos de conos, pero alguno de ellos es anómalo, generalmente el rojo o el verde.